El artista que hace los trucos es la persona más importante en el circo

GITIS cuenta con ocho facultades: actuación, dirección, teatro musical, teoría del arte teatral, creación coreográfica, artes escénicas, escenografía y producción. Uno de los programas de formación que ofrece GITIS es el adiestramiento de directores circenses.

Maximilián Nemchinski, legendario director circense ruso y jefe del Departamento de dirección circense de GITIS, habló con Sputnik Mundo sobre el circo actual, las diferencias en la formación de directores circenses en Rusia y otros países, y las supersticiones en las que creen todos los actores de circo.

—Usted es director de circo, teórico, artista histórico, profesor titular de GITIS, autor del programa universitario para la enseñanza de las principales disciplinas de circo (dirección circense, actuación circense, pantomima circense, géneros circenses, etc.). ¿Qué es lo más importante en el arte circense?

— Hace mucho, cuando intentábamos probar que el circo es un arte, a diferencia de un entretenimiento de baja calidad, buscamos una definición que le pudiese distinguir de todos las demás formas de arte.

​Inventamos que lo más importante en el circo es lo excéntrico y afirmamos que el arte circense se destaca por los trucos. Posteriormente la vida nos convenció y empezamos a entender que el papel principal en el circo no lo desempeña un truco como tal, sino la persona que hace este truco.

—El circo en su forma actual existe a partir del siglo XVIII. Posteriormente aparecieron nuevas tecnologías (la luz eléctrica, la radio, láseres, ordenadores, proyectores, etc.). ¿Qué tecnologías actuales son las más útiles para el desarrollo del circo? ¿Recuerda algún caso en el que el uso de alta tecnología le haya sorprendido?

— El circo es el arte más ávido que intenta arrastrar a la arena todos los avances de artes contiguos, las nuevas tecnologías.

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El espectáculo finaliza con el último número: en la arena vacía, que representa el globo terrestre, está solo un hombre, el acróbata Andréi Katkov, y hace todo lo que es capaz de hacer un acróbata profesional. Queda claro que el centro del mundo es una persona que domina su maestría y a sí misma.

—Usted se ha ocupado del circo durante toda su vida, enseñó a muchos directores circenses y lo sabe todo sobre este arte… ¿Cómo se puede saber al momento de admitir a los estudiantes de GITIS quién será una estrella y quién no?

— Conocemos como actores circenses a la mayoría de los que llegan a nuestro Instituto a estudiar la carrera de directos circense. Pero cuando llegan no quieren mostrarse como actores a los que conocemos, sino como artistas en la siguiente etapa de desarrollo.

​Tenemos que fiarnos de nuestra intuición, esperar que tengamos suerte, que notemos un verdadero talento y la persona que llegó a estudiar tenga suerte también y tome todo lo mejor que le queremos dar.

—¿Cuál es la diferencia entre la formación de directores circenses en GITIS y en otros países?

— La diferencia principal sólo consiste en que enseñamos a directores circenses en el instituto de arte teatral con una larga tradición de preparación de directores. La formación de un director teatral, de ópera y ballet tiene poca diferencia de la preparación de un director circense. Partiendo de la experiencia y los avances de nuestros compañeros intentamos unir su experiencia con el arte circense.

​En otros países es más fácil, porque no lo hacen. Los directores circenses aparecen ocasionalmente. Se familiarizan con la experiencia teatral como la cultura de puesta en escena, pero en otros países no hay centros especiales donde se enseñe esta maestría como en Rusia.

—Usted es jefe del Departamento de dirección circense de GITIS desde 1990. ¿Quiénes son sus egresados más famosos?

— Tuvimos suerte. Durante casi 50 años de la existencia del Departamento de dirección circense se formaron actores que hicieron un aporte importante al arte circense mundial.

Nuestro estudiante Vladímir Burakov, quien modificó el atributo de la acrobacia aérea conocido casi a partir de la segunda década de la existencia del circo profesional — 'corde de péril' (es decir, una cuerda colgante desde la cúpula hasta la arena en que un acróbata o con más frecuencia una acróbata hace varios trucos de equilibrio) convirtiéndole en un aparato cinético. Hizo a su mujer, para quien creó este número, tomar la cuerda, correr alrededor de la arena y girar. Todos los trucos hechos de forma estática empezaron a realizarse de manera cinética, ligera.

Vídeo: Escalofriante acrobacia al borde del precipicio 

Uno de los egresados es Valentín Gnéushev, quien a finales de los 80 y principios de los 90 fue uno de los directores circenses más populares en todo el mundo, porque logró encontrar una nueva manera de unir el truco con movimientos plásticos subordinando uno a otro. En todos los géneros circenses con que trabajó (tiene diploma de malabarista) compuso una metáfora temática que se consolidó a través de un truco modificado con los movimientos plásticos.

Askold Zapashni es director artístico del Gran Circo de Moscú quien desarrolla de manera convincente no sólo la tecnología de presentación del truco circense. Hace poco presentó a través del libro Guinness de los récords un nuevo número de malabarismo. Creó nueve niveles en que los malabaristas lanzan mazas de manera continua.

—Los espectáculos de circo suponen un riesgo, en su mayoría. Los domadores de animales salvajes, acróbatas aéreos, jinetes arriesgan… Mientras, el objetivo del espectáculo es divertir al público. ¿Merece la pena hacerlo?

— Cada profesión tiene sus dificultades. Si uno es profesional tiene que superarlas. Citaré como ejemplo un truco de acróbatas con tiradores. Se forma una torre de tres o cuatro acróbatas — cada uno sobre los hombres del otro. Se instala una tabla (un objeto similar a un sube y baja). Un actor entra en un extremo de la tabla poniéndose una cuerda de seguridad. Se hace saltar la tabla, el actor salta pero no alcanza al hombre que está en la cima de la torre y cae quedándose colgado en la cuerda de seguridad. Es un actor tenaz, por eso, al bajar, entra en la tabla de nuevo. Vuelve a saltar y cae de nuevo. El director del número le dice "¡déjalo!", pero el actor se quita inesperadamente la cuerda de seguridad, entra en la tabla. Se hace saltar la tabla de nuevo, el acróbata se eleva en el aire y se pone sobre la torre de cuatro personas.

​Los espectadores le aplauden con entusiasmo. ¿Merecen estos aplausos que se quite la cuerda de seguridad?

Si uno es profesional se ve obligado a hacer el truco con éxito. Si uno no está seguro de lograr hacer el truco no es profesional o no ha dominado el truco todavía.

—Varios países se pronuncian con mayor frecuencia en contra del uso de animales en los espectáculos de circo. Muchas personas incluso llaman a prohibir el uso de animales. ¿Qué opina de estas iniciativas?

— Me parece que es un problema artificial. Los animales que trabajan como actores en el circo viven en mejores condiciones y tienen mejor comida que los animales que viven en libertad. Los animales en circos viven durante más tiempo que los que viven en la naturaleza. Los actores circenses no obligan a los animales a hacer algo forzosamente sino que los consideran como colegas. Los actores humanos hacen todo lo posible para que sus compañeros animales se sientan bien en el circo.

—Todos los profesionales cuyo trabajo está vinculado con el riesgo tienen supersticiones que se observan estrictamente. ¿En qué supersticiones creen los actores circenses?

— El circo es muy diverso en el espacio y el tiempo. Las supersticiones circenses son diferentes en varios años y varios países. Puedo citar una superstición que entiendo bien y que es muy extendida hoy: ningún actor de circo se sentará sobre la barrera de espalda a la arena.