Los pronósticos de crecimiento para 2018 fueron ajustados a la baja de un rango anterior de entre 2 y 2,6%, a uno de entre 2 y 2,4% este año, en el informe publicado el miércoles.
Entre los factores de riesgo internos considerados figura "el rumbo de la política económica de la nueva administración federal" del presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
En cuanto a la inflación, Banxico anticipa que al cierre de 2018 se ubicará en 4,7%, por arriba de 4,2% pronosticado en el reporte trimestral anterior, lo cual eleva la probabilidad de que se suba la tasa de interés el 20 de diciembre próximo, cuando ya haya comenzado el nuevo Gobierno.
Pero Banxico sigue considerando que la inflación mostrará una convergencia a la meta del 3% durante la primera mitad de 2020.
Además de la incertidumbre generada por el nuevo Gobierno, el crecimiento también se vería amenazado por la posibilidad de cancelación de inversiones, un retraso en la ratificación del nuevo acuerdo comercial con EEUU y Canadá y un escalamiento de las medidas proteccionistas a nivel mundial, sobre todo procedentes del gobierno estadounidense.
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Otros factores de riesgo señalados son episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales por posibles alzas de tasas de EEUU mayores a lo esperado y un retraso en la ejecución del gasto público del nuevo Gobierno.
En cuanto a riesgos internos, el informe afirma que si no se ponen en marcha reformas estructurales, como la energética, si la competitividad de la economía mexicana se ve afectada o si se acentúan los problemas de inseguridad pública y corrupción, entonces se verá un efecto negativo en la economía.