Vecinos del mismo barrio, conocidos de la misma ciudad de Santa Clara, López-Levy y Díaz-Canel compartieron el mismo espacio de tiempo en una infancia provinciana ligada a los coches de caballos y a la vida tranquila del barrio Parroquia, en el centro de Cuba.
El evento inició con el discurso del presidente que, a juicio del politólogo, "salió del esquema tradicional de nación y emigración que La Habana había adoptado desde 1994, lo que constituye un hito en el proceso de acercamiento entre la comunidad cubana y el Gobierno de la Isla iniciado en 1978".
Según López-Levy, antes del nuevo Gobierno la emigración cubana no era vista como "parte indisoluble de la nación", una hecho que ahora está siendo más evidente "en la medida en que Cuba es transnacionalizada".
Díaz-Canel también habló a la comunidad cubana sobre el proceso de reforma constitucional y a las formas en que los emigrados pueden participar. Destacó las transformaciones que tienen lugar en la Isla en la esfera económica con el nuevo modelo y cómo la relación con esta comunidad pueden incidir en esas dinámicas.
"Pienso que el presidente empezó a concebir la idea de una comunidad que es parte indisoluble de la nación y generó la narrativa del discurso a partir de esas posturas, aunque no lo dijo explícito pero se implica muy inteligentemente", afirmó el también catedrático de la Universidad Gustavus Adolphus College de Minnesota.
"En mi encuentro personal noté una relación menos vertical con el resto de las personas allí presentes y una dignidad muy propia, que no está asociada a los hechos históricos de la Sierra Maestra ni a las grandes victorias militares, ni a esa noción heróica de la historia, sino a la precisión de los conflictos cotidianos", expresó López-Levy.
Explicó que "fue una conversación distendida (…) con toda intención empecé el diálogo sobre los amigos y conocidos comunes porque creo que hace más fácil la comunicación entre las personas, cuando van de lo común a aquello que puede haber de diferente".
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"Honestamente mi impresión fue muy buena, el presidente escuchaba mucho, algo muy importante en un político, y se refirió a grupos de conocidos que viven fuera del país con cariño…fue un cubano de estos tiempos", afirmó el catedrático.
"Cuando hablamos de los cambios, le deseé suerte en las transformaciones necesarias, grandes y difíciles que tiene Cuba y en el cual él va a jugar un papel importantísimo. Me contestó que es una tarea de todos, porque ni el más sabio de nosotros es tan sabio como cuando pensamos todos juntos", subrayó López-Levy.
Acto seguido, el mandatario señaló que los cambios son necesarios y difíciles, pero se hacen más complejos por la política de bloqueo a la cual es sometida Cuba.
"El presidente yo creo que está en la misma página que los cubanos de estos tiempos y su comportamiento indica un deseo de socavar esas dinámicas de hostilidad. Cuando él habla bien de un cubano que vive en el exterior eso implica una postura que tiende puentes y rompe muros", indicó.
Además López-Levy destacó que el mandatario proviene de la misma generación que la mayoría de los cubanos, "los que nacieron y crecieron después del hecho histórico del 1 de enero de 1959".
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Durante su estadía en Nueva York a propósito de la 73 Asamblea de las Naciones Unidas, el mandatario cubano cumplió con una amplia agenda de actividades, donde estrenó como la principal figura política de la mayor de las Antillas ante la comunidad internacional.
Así terminó la noche de los #CDR con el Presidente #DiazCanel en la Misión de #Cuba en #NewYorkCity. JG Almeida y #MiguelDiazCanel tocando la tumbadora 🎥│#FelizLunes #1Oct @Guajiritasoy @chamberohoy @CIPICuba @DaironOBravo @IndiraCUBA1985 @EmbaCubaEEUU pic.twitter.com/yZGmJl8zXI
— Roberto Esquivel (@RobertEsquivelD) 1 de octubre de 2018
A consideración del catedrático cubano, el presidente fue capaz de manejar un amplio espectro de sectores de Estados Unidos cuyos intereses y valores no están necesariamente compaginados.
"Desde el sector radical de las comunidades afro y latinas en el encuentro de la Iglesia Riverside en Harlem, que lo conecta con el hecho histórico de la visita de Fidel Castro en el Hotel Theresa en 1960, hasta los nuevos sectores, como la multivariada comunidad cubano-americana", apreció el entrevistado.
"En la medida en que aparezcan más ejemplos exitosos con empresarios cubano-mexicanos, cubano-uruguayos, cubano-españoles y hasta cubano-rusos que sean capaces de participar en los cambios económicos que Cuba necesita, es posible pensar que ese canal se reproduzca en Miami", analizó el catedrático.
A modo de observación, López-Levy dijo que faltó un buen encuentro con la prensa estadounidense y las cadenas de televisión. "Al parecer no hubo una gran entrevista ni se aprovecharon las oportunidades en un gran periódico para despejar el fantasma de los ataques sónicos y otras hipótesis que ni siquiera los científicos han podido demostrar".
"Una proyección de ese rostro más joven hubiese ayudado al entendimiento. Pero en general la presencia del mandatario cubano tuvo un balance muy positivo", destacó su coterráneo.
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