"El acuerdo de Rusia y Turquía permitió evitar un nuevo derramamiento de sangre y quisiera agradecerles su trabajo al respecto", dijo al inaugurar una reunión sobre Siria en la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Al mismo tiempo, advirtió que "la guerra en Siria no está terminada todavía" y que no ha desaparecido la amenaza de una solución militar en Idlib.
Mogherini confirmó la disposición de la UE a contribuir a la reconstrucción de Siria, pero enfatizó que antes es necesario alcanzar un proceso político sostenible.
El 17 de septiembre, en la ciudad rusa de Sochi, los líderes de Rusia y de Turquía, Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan, acordaron establecer para el 15 de octubre una zona desmilitarizada en Idlib en la línea de separación entre la oposición armada y las tropas sirias.
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La zona desmilitarizada estará controlada por las tropas turcas y la policía militar rusa.
En virtud de los pactos entre las facciones insurgentes y Damasco, se fueron trasladando a Idlib los grupos que se negaron a abandonar la lucha armada durante las operaciones antiterroristas de Alepo, Homs, Guta Oriental, Deraa y Al Quneitra.
En 2017, Idlib pasó a integrar una zona de distensión patrocinada por Turquía.
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Damasco declaró en julio pasado que se reservaba el derecho de usar la fuerza militar para liberar Idlib si los insurgentes rechazan el proceso de reconciliación.