Siempre elegantes e inmaculados, los actores que interpretaron a James Bond —personaje inspirado en las novelas de Ian Fleming— estaban dispuestos a luchar contra los villanos de las maneras más insólitas, con los artefactos minúsculos más sofisticados y la compañía de una bella dama al lado (o varias).
Una prueba es la renuncia de Daniel Boyle a dirigir Bond 25, anunciada en los últimos días a través de la cuenta oficial de Twitter del personaje, por supuestas divergencias en el equipo. Si bien no se han dejado en claro cuáles fueron los puntos de desencuentro, se afirmó de manera vaga que se trató de cuestiones creativas.
¿Culpa de Rusia?
Según trascendidos publicados por el diario británico The Telegraph, la nueva película iba a tener un "villano ruso", aprovechando las tensiones geopolíticas existentes en la actualidad. Esta retórica de una "Guerra fría en la época moderna" incluida en el guión no gustó a los productores de la película, lo que podría haber propiciado la renuncia de Boyle.
Otras fuentes citadas por The Telegraph afirman que las diferencias no se dieron al momento de "actualizar" las tensiones de la Guerra Fría, sino cuando se iba a elegir a los actores que interpretarían los papeles.
Según una hoja filtrada del llamado a casting para la película dada a conocer por The Guardian, Boyle aseguró que la película se escribe en "tiempo real". "Reconoces el legado del mundo de Bond y escribes dentro de él, pero también lo haces en el mundo actual también", afirmaba el director en el documento.
Mira también: Las más bellas chicas Bond
Otra búsqueda era la de una actriz rusa para encarnar a un protagónico principal "muy impactante" y "físicamente fuerte", con características de "sobreviviente": "inteligente, corajuda, feroz, encantadora, inteligente y hábil". Según The Guardian, esto indica que en comparación con el rol principal, sería un personaje más "simpático", posiblemente una doble agente.
La publicación británica subraya que en el contexto geopolítico actual, los autores tienen "mucho material real para trabajar". También notan que, para una saga con un éxito tan grande en la Guerra Fría, que se valió de las tensiones entre Occidente y Oriente, ha habido "notoriamente pocos villanos rusos":apenas dos o tres en una veintena de películas.
¿Culpa del #MeToo?
Así como abordar las relaciones con Rusia podía ser vidrioso, según The Guardian, incluir esta discusión de género en la película podía ser para la producción "una gran apuesta". Particularmente cuando uno de los íconos de la película es la presencia de la 'chica Bond', una figura que bajo las sensibilidades actuales generaría bastantes polémicas.
De hecho, se han viralizado en los últimos años compilados de escenas tildadas de misóginas. Enfrente de la cámara, desde una palmada en el trasero a una de las chicas hasta irrupciones en el medio del baño de otra de ellas, pasando por un 'ahorcamiento' erótico con un sostén, hoy en día seguramente esas estampas darían que hablar.
¿Culpa de las tensiones en el equipo?
De momento, Craig sigue estando en el elenco de Bond 25. Pero podría dejar el papel a la luz de la polémica con Boyle, según los medios. Al parecer, el actor tiene un rol muy importante al momento de elegir a los colegas que junto a él interpretarán en la película.
Según The Telegraph, ninguna de las chicas Bond de las películas en las que actuó fue contratada sin su consentimiento. Una fuente contactada por el periódico apunta a las divergencias sobre la elección del actor polaco Tomasz Kot como el principal villano y descartan las rispideces sobre los temas geopolíticos y de género.
¿Un personaje obsoleto?
"En las décadas que siguieron, el sentimiento británico, el materialismo y el sexo con empleados entraron y salieron de moda. En este momento, no podrían estar más fuera", reflexiona la autora.
En 2018, el principal obstáculo que encuentra James Bond —a quien define como un héroe "sexista", "un empleado violento del gobierno que está extrañamente obsesionado con sus trajes y sus cócteles"— es un contexto "hostil".