El 14 de agosto el gran jurado de Pensilvania publicó un informe que acusa a más de 300 sacerdotes de seis diócesis del estado de acosar sexualmente a más de 1.000 menores durante unos 70 años.
Además de describir los casos de abuso sexual, el documento revela que la Iglesia no solo no tomó medidas restrictivas en relación a los pederastas, sino también ocultó los crímenes.
Radio: En Chile avanza investigación de abusos a menores
"Si bien se pueda decir que la mayoría de los casos corresponden al pasado, sin embargo, con el correr del tiempo hemos conocido el dolor de muchas de las víctimas y constatamos que las heridas nunca desaparecen y nos obligan a condenar con fuerza estas atrocidades, así como a unir esfuerzos para erradicar esta cultura de muerte; las heridas 'nunca prescriben'", dijo el Papa en su 'Carta al Pueblo de Dios' publicada este 20 de agosto por la oficina de prensa de la Santa Sede.
"Con vergüenza y arrepentimiento, como comunidad eclesial, asumimos que no supimos estar donde teníamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se estaba causando en tantas vidas, hemos descuidado y abandonado a los pequeños", indicó.
El Sumo Pontífice destacó la necesidad de reafirmar una vez más el compromiso de la Iglesia Católica "para garantizar la protección de los menores y de los adultos en situación de vulnerabilidad".