El cierre de Erez para el movimiento de personas, salvo apremiantes casos humanitarios, es una respuesta a las violentas manifestaciones del viernes en Gaza y los retrasos en la negociación de un acuerdo de alto el fuego con el movimiento radical palestino Hamás.
Los manifestantes arrojaron cócteles Molotov y otros objetos incendiarios.
Dos palestinos murieron y 270 resultaron heridos por disparos de los soldados israelíes, informó el Ministerio de Sanidad de Gaza.
La reapertura de Erez dependerá de que Hamás detenga sus lanzamientos de cohetes y cometas incendiarios hacia Israel.
El diario digital Ynetnews.com califica de simbólico el cierre, dado que el paso de Erez es utilizado por pocos palestinos.
Quienes cruzan por allí lo hacen con autorización oficial por motivos humanitarias y representan principalmente diversas organizaciones de ayuda.
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El periódico The Jerusalem Post, que cita datos de las Naciones Unidas, señala que unas 12.500 personas entraron en Israel desde Gaza en julio pasado a través de Erez, situado al norte del enclave.