Los hechos ocurrieron en el CIE de Aluche (Madrid) en la noche del 15 de agosto, cuando los inmigrantes, la mayoría de origen argelino, se amotinaron tras la cena, rodeando a un agente de la Policía y arrebatándole la tarjeta con la que se abren las diferentes dependencias del centro.
Según fuentes policiales a diversos medios, en el momento de los incidentes solo había ocho agentes de la Policía Nacional en el CIE para vigilar a 150 internos.
Algunos medios de comunicación informan de la detención de algunos de los inmigrantes poco después de la fuga, a la espera de confirmación oficial.
Activistas de los derechos humanos denuncian desde hace tiempo las condiciones en estos centros de internamiento.
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También los sindicatos de policía se quejan por la falta de recursos destinados a estos centros.