"Evidentemente, el diésel tiene los días contados. Durará más o menos, pero sabemos que su impacto en partículas y en lo que respiramos es suficientemente importante como para ir pensando en un proceso de salida", afirmó.
Ribera celebró también como una medida "muy razonable y muy normal" las restricciones de tráfico en las grandes ciudades, pues cree necesario facilitar la movilidad pero "también que afecte cada vez menos, en la medida de lo posible, a la salud de los ciudadanos".
La ministra sí señaló que el Gobierno debe plantearse qué "señales fiscales y regulatorias" puede aprobar para acompañar a los gobiernos municipales "en ese proceso de cambio" de la movilidad.
Asunto relacionado: ¿Cuánto gastará Brasil para bajar el precio del diésel?