El diario bielorruso Naviny.by charló con Zelenkova sobre la vida sexual de los bielorrusos y las características nacionales de su comportamiento en la cama.
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De acuerdo con Zelenkova, después de indagar un poco en el tema, una empieza a ver las cosas habituales desde una perspectiva diferente. Así le pasó con el ídolo Shklov, parte del culto fálico que profesaban sus antepasados y muchos pueblos de la Tierra.
El ídolo de Shklov es una escultura que representa a una deidad pagana. Fue encontrada en 1963 cerca de la ciudad bielorrusa de Shklov.
"Miren de cerca al ídolo y entenderán que no es solo una escultura tosca, a la que el autor no logró añadir manos ni pies. Y tenemos muchas de esas esculturas y piedras paganas. Naturalmente, en el colegio no lo cuentan", continúa.
En su libro, también menciona la conocida fiesta eslava, la noche de Iván Kupala, que se celebra el día del solsticio de verano haciendo coronas florales, saltando sobre fuegos y bañándose en ríos y lagos. No obstante, no siempre fue tan inocente la fiesta.
"En este día, nuestros antepasados celebraban la iniciación de las muchachas, es decir, su privación de la inocencia. Ni las mujeres ni los hombres creían que fuera pecado atarse con alguien por los lazos sexuales esa noche", expone la autora del libro.
En aquel momento para Polonia, por ejemplo, con su fuerte influencia de la Iglesia Católica, la vida sexual de las mujeres bielorrusas les parecía llena de pecado.
"No creo que fuera Sodoma y Gomorra, pero las mujeres eran bastante libres. Podían divorciarse fácilmente e incluso tener amantes. Si había problemas en las relaciones con los cónyuges, nadie solía sufrir. Por ejemplo, la razón del divorcio podía ser la impotencia masculina o incluso la frialdad femenina, y la corte daba el divorcio sin ningún problema", asegura.
En 1908, en la prensa de Minsk se publicó un escandaloso artículo sobre la 'Liga del amor libre'. Describía una organización juvenil, que, como se puede adivinar por el título, practicaba el sexo sin ningún tipo de restricciones. En fiestas privadas, los jóvenes tenían sexo grupal al azar, acompañado por ciertos rituales.
Según la autora, no queda claro si existía en realidad esta liga, pero, en cualquier caso, era un rasgo característico de la época, algo que les interesaba a los bielorrusos a principios del siglo XX.