"Si de mí dependiera, no suspendería esos programas. Los tendría activos y disponibles, y volvería atrás para estudiarlos y aprender", dijo Cheney en una entrevista con el canal Fox Business.
Cheney, quien fue vicepresidente de EEUU de 2001 a 2009, opinó que "las técnicas que usamos no eran tortura".
"Mucha gente intenta llamarlas así, pero no se consideró como tortura en ese momento", afirmó.
El ex vicepresidente añadió que "la gente trata reescribir la historia, pero si fuera por mí, lo haría de nuevo".
Los métodos de interrogatorio que fueron prohibidos en 2009 incluían en particular el llamado submarino, o ahogamiento ficticio, la privación de sueño o el uso de capuchas.