"Pediremos a nuestros socios en materia de seguridad que nos proporcionen esos nombres", dijo la primera ministra, Jacinda Ardern, en una declaración conjunta con el vicepresidente del Gobierno y titular de Asuntos Exteriores, Winston Peters.
Ardern y Peters señalaron que Nueva Zelandia había manifestado claramente su "profunda preocupación por el ataque de Salisbury y la respuesta inadecuada de Rusia a las preguntas justificadas".
Otras naciones y organismos optaron por llamar a consultas a sus embajadores en Moscú.
Skripal, exoficial de Inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia, que es nacional de Rusia, fueron hallados inconscientes el 4 de marzo cerca de un centro comercial en la ciudad de Salisbury, en Inglaterra.
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La ola de expulsiones comenzó a mediados de este mes, después de que la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, responsabilizara Moscú de "un intento de asesinato" en Salisbury y ordenara la salida de 23 diplomáticos rusos y la cancelación de todos los contactos de alto nivel entre ambos países como represalia.
La Cancillería rusa protestó por la expulsión de diplomáticos rusos y advirtió que no la dejará sin respuesta.