Como capitán de la nave y piloto de primera clase se desempeñaron las ciudadanas de Canadá y Reino Unido.
Las mujeres cumplieron toda la labor prevista para este vuelo, desde las operaciones de carga hasta el control de seguridad.
El vuelo EK 225, llamado Superwomen Flight, fue atendido por un equipo de 75 mujeres de 25 nacionalidades.
La compañía Emirates informó asimismo que las mujeres constituyen el 40% de su personal, la mayoría trabaja de azafatas.