Aprobada el 6 de febrero de 1918, la ley de Representación del Pueblo extendió por primera vez el sufragio a mujeres mayores de 30 años, universitarias y propietarias. La igualdad de género en comicios generales en Reino Unido no se logró hasta diez años más tarde, en 1928.
No obstante, la campaña por la emancipación política de la mujer fue larga, persistente y violenta en Gran Bretaña.
El ensayo del filósofo John Stuart Mill, 'El Sometimiento del Mujer', de 1869, sobresale entre los puntales teóricos del movimiento feminista.
"El principio que regula las actuales relaciones sociales —la subordinación legal de un sexo al otro— es erróneo en sí y uno de los principales impedimentos del desarrollo humano", denunció.
El influyente pensador liberal instó a sustituirlo por el "principio de la igualdad perfecta", que no reconozca "poder ni privilegio en un lado, tampoco inhabilidad en el otro.
Se formaron círculos feministas en todo el país que confluyeron en la Unión Nacional de Sociedades de Sufragio de las Mujeres (NUWSS, por sus siglas en inglés).
Al frente de la NUWSS se situó Millicent Fawcett, la primera mujer que va a estar 'físicamente' presente en la plaza del Parlamento de Westminster, en el corazón político y turístico de Londres.
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Una estatua en bronce de la líder sufragista, que marcó la vía constitucionalista del movimiento, se instalará este año junto a las figuras de Churchill, Mandela o Gandhi que presiden el entorno.
Las 'suffragettes' de la WSPU —a diferencia de las 'suffragists' pacifistas— secundaron acciones contra la propiedad pública y privada, que algunos califican hoy de terroristas en tertulias sobre el centenario.
Este núcleo duro lo dirigía Emmeline Pankhurst, concienciada activista de Mánchester que operó inicialmente en consenso con su marido, el abogado Richard Pankhurst, y dos de sus cinco hijos, Sylvia y Christable.
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En su biografía, 'My own story' (Mi propia historia), Emmeline Pankhurst justifica su estrategia de entablar una "guerra de guerrilla contra el Gobierno" hasta alcanzar el objetivo del sufragio femenino.
"Prendimos realmente la antorcha y lo hicimos con el convencimiento absoluto de que nos quedaba otra alternativa", sostiene.
Las acciones violentas se multiplicaron, desde bombas incendiarias en buzones de correos a ruptura de cristales de comercios y viviendas de parlamentarios o cortes en las líneas de telégrafos y teléfono.
Emmily Davison murió de las heridas sufridas al tirarse a los pies del caballo del rey Jorge V en la carrera estelar del Derby de 1913.
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Más de cien años después se vuelve a discutir si la sufragista emprendió deliberadamente su acción suicida o entregó su vida a la causa por un error de cálculo.