"En las elecciones de 2010 y 2014 una tercera parte de la gente se decidió en la última semana, y la mitad de ellos en el mismo día de las elecciones, fenómeno que parece haberse agudizado en esta ocasión", indicó Vargas, director del Centro de investigaciones Programa Estado de la Nación,
Son "muy desestructurados y muy débiles" los partidos costarricenses, definió Vargas.
"Las encuestas van variando, no hay claridad en que haya alguien que sistemáticamente vaya punteando, pero sí coinciden todas en un dato, y es que los candidatos que van primero alcanzan 15 y 16% de intención de voto y para ganar en primera ronda se necesita el 40%; se está muy lejos de esa cantidad", observó.
En caso de que ningún candidato obtenga ese 40% de los votos, la segunda vuelta se celebrará el 1 de abril entre los dos postulantes que este 4 de febrero reciban mayor cantidad de votos.
Ascenso de Alvarado
El candidato que encabeza las preferencias, con 15% de intención de voto, es el evangélico Fabricio Alvarado, del Partido Restauración Nacional (derecha), quien solo días atrás se situaba muy por debajo de esa cifra, indica la última encuesta de Opol Consultores, aplicada del 25 al 27 de este mes a 2.800 personas y con un margen de error de 1,9 puntos porcentuales.
En tercer lugar está el abogado conservador Juan Diego Castro, del Partido Integración Nacional, con 10,7%, y en cuarto puesto figura el candidato del Partido Unidad Social Cristiana, Rodolfo Piza, quien obtiene 9,8% de los apoyos.
El oficialista Carlos Alvarado, del Partido Acción Ciudadana, se sitúa en el quinto lugar con 7,4% de intención de voto, según ese mismo sondeo.
Otra encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica, publicada la semana pasada, también ubicó a Fabricio Alvarado en primera posición, con 17% de intención de voto.
Matrimonio igualitario
La opinión consultiva de la Corte IDH es de acatamiento obligatorio para Costa Rica, y el actual Gobierno de Luis Guillermo Solís dijo que así procedería, generando una gran polémica entre los sectores conservadores, que se oponen, y quienes celebran la medida porque consideran que ayuda a combatir la discriminación que sufren las personas LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, trans, intersexuales).
"En asuntos morales la gente en Costa Rica, en general, ha sido bastante conservadora, pero ese conservadurismo se ha atemperado por un respeto a la ley y a la institucionalidad; esta es la primera vez que políticos como Alvarado llaman a desconocer una sentencia, lo que le permitió pasar del dos al entorno del 15%" de intención de voto en los sondeos, observó el politólogo.
También Álvarez "se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo para captar a parte del electorado, pese a que lo impulsó su propio partido hace años", continuó Vargas.
Para un país que carece de ejército desde 1949, el derecho internacional "es de fundamental importancia y el Estado ha dicho que acatará la orden de la Corte IDH, lo que enojó enormemente a los conservadores, que estaban bloqueando en el Congreso cualquier decisión al respecto", añadió el académico.
"La única posibilidad de defensa de Costa Rica es el derecho internacional, esa es la base de la doctrina de seguridad nacional del país; lo que nos jugamos ahí (si no se acata la orden) es socavar lo que ha sido una premisa en nuestra propia existencia como Estado y es que el derecho internacional funciona y hemos sido sus promotores porque dependemos de él para sobrevivir sin ejército", afirmó Vargas.
Otros candidatos presidenciales señalaron que respetarán la decisión de la Corte CIDH pese a que no están de acuerdo con el fallo.
El 4 de febrero más de 3,3 millones de costarricenses están llamados a participar en las elecciones, en las que además del presidente se elegirán los 57 diputados de la Asamblea Nacional.