"Hay entre 500 y 600 personas en el Levante, unas 300 probablemente murieron", dijo en una entrevista con el periódico Liberatión.
Parly señaló que muchos islamistas capturados quieren ser extraditados a Francia para ser juzgados allí, "sin embargo es imposible ignorar el deseo de las autoridades locales de investigar por su propia cuenta los crímenes cometidos en su territorio".
Además, Parley subrayó que Francia se opone rotundamente a la pena de muerte, al comentar el asunto de que los islamistas franceses en Irak podrían enfrentar la pena de muerte.
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"Los nacionales de Francia en todo el mundo que no son terroristas corren el riesgo de ser condenados a muerte si cometen delitos, los diplomáticos les prestan el apoyo garantizado a todo ciudadano de Francia, sin embargo, cada país tiene sus propias leyes", indicó.