La iniciativa fue apoyada por 59 de los 69 diputados moldavos.
El Parlamento aprobó un proyecto de ley sobre la lucha contra la propaganda extranjera en particular proveniente presuntamente de Rusia.
El documento prohíbe transmitir programas de radio y televisión de contenido analítico, político y militar de los países que no han ratificado el Convenio Europeo para la Televisión Transfronteriza.
Sin embargo la iniciativa no prohíbe retransmitir programas de diversión.
Entonces Dodón vetó el proyecto de ley y lo devolvió al Parlamento.
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La Constitución moldava obliga al líder de la República a promulgar la ley si el Parlamento lo aprueba por segunda vez.