El 12 de diciembre, el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, afirmó en una reunión de los diplomáticos estadounidenses que la prioridad de Washington es "poner fin a la violencia y la matanza que se producen en el este de Ucrania", pero después Estados Unidos planea "volver al asunto de Crimea".
"En cuanto al sureste de Ucrania, hace tiempo que Washington debió concentrarse en la implementación de los acuerdos de Minsk por parte de Kiev y no por Moscú, lo que posibilitará ponerlo todo en su sitio mucho más rápido", dijo el senador ruso.
Kosachov recordó que "el tema de Crimea está zanjado", por tanto las palabras de Tillerson no inspiran optimismo de que EEUU "esté dispuesto a congelar sus reclamaciones a Rusia respecto a Crimea y verdaderamente participar en la búsqueda de soluciones de la crisis en el sureste de Ucrania".
El Ejército gubernamental combate a las milicias en el este del país donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al violento cambio de Gobierno ocurrido en Kiev en febrero de 2014.
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Este conflicto, igual que la reincorporación de Crimea a Rusia en marzo de 2014, causó un profundo deterioro en las relaciones entre Moscú y Occidente.
Crimea se reunificó con Rusia en virtud de un referendo con un aplastante sí, y la Cancillería rusa declaró en repetidas ocasiones que respeta y acepta la decisión de los crimeos, que expresaron de forma democrática y en plena conformidad con el derecho internacional y la Carta de la ONU su voluntad.