"Si no hay acuerdo, nosotros no pondremos la frontera y ellos tendrán que pagarla", dijo la laborista Kate Hoey, acentuando la creciente tensión entre Londres y Dublín.
Pero insiste también que la solución al paso aduanero creado por el Brexit –con la República dentro de la UE y el Ulster fuera– no se puede concretar hasta que se acuerden los términos de la futura relación de Reino Unido con la UE.
La advertencia de la brexitera radical sobre la factura de la potencial frontera irlandesa tuvo eco en las redes sociales.
"Cuando Kate Hoey habla de que los irlandeses tendrán que pagar para instalar la frontera entre el Norte y el Sur de Irlanda, si hay una, suena peligrosamente como el señor Trump y México", tuiteó la reputada académica Mary Beard.
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La línea divisoria serpentea por cerca de 500 kilómetros e incluye unos 200 pasos fronterizos.
Dublín pide garantías del futuro control "virtual" de mercancías entre ambos territorios antes de dar luz verde a la siguiente fase de las negociaciones en la cumbre del Consejo Europeo del próximo diciembre.