"Se está esperando la baja del viento, que estaba marcando 27 kilómetros por hora y ráfagas de 35, lo cual hace imposible amarrar al muelle", dijo Venter.
La nave, que se estimaba que amarrara a las 13:00 GMT del 27 de noviembre, no pudo ingresar a una de las principales sedes logísticas para la búsqueda del submarino argentino por cuestiones de "seguridad".
"Por seguridad se va a esperar una calma para hacer el ingreso del mismo", agregó la autoridad.
El otro vehículo sumergible de Rusia, que llegó a Argentina en el avión de carga Antónov, será transportado a la zona de rastrillaje marítimo en el aviso ARA Islas Malvinas, que llegaría a Comodoro Rivadavia desde la austral Ushuaia dentro de dos días.
El problema de la Robinson está en que la nave no posee "bulltraster" (un sistema de hélices laterales) lo que le permitiría una mejor maniobra ante los vientos.
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La Armada argentina confirmó que recibió información de que se produjo ese mismo día y en ese mismo lugar un "evento consistente con una explosión".
Para principios de diciembre se espera a su vez la llegada del buque oceanográfico ruso Yantar, que se trasladará directamente a la zona de búsqueda llevando equipos de alta tecnología de inspección submarina.