El titular de la junta de ese proyecto no lucrativo, Peter Bourne, deploró "este cambio punitivo y los efectos negativos que tendrá en los cubanos y en los ciudadanos estadounidenses, que podrían beneficiarse de las innovaciones, los programas y las estrategias cubanas en materia de salud, biotecnología y preparación para desastres".
Recuerda el texto que las reglas dadas a conocer limitan aún más los derechos de los norteamericanos a viajar a la mayor de las Antillas, intercambiar con sus colegas y con instituciones de la esfera sanitaria, así como concertar negocios con empresas cubanas.
MEDICC deja en claro que las nuevas restricciones refuerzan la política de bloqueo impuesta desde hace 55 años al castigar "a los cubanos en todos los ámbitos de la vida, negándoles además la moneda fuerte necesaria para desarrollar sus economías nacionales y domésticas".
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Al insistir en que la actual política de Trump pretende revocar en gran medida los pasos emprendidos a partir de diciembre de 2014 por su antecesor en la Casa Blanca, Barack Obama (2009-2017), la web enfatiza en que el resultado será un mayor aislamiento de Estados Unidos respecto a sus propios ciudadanos y el mundo.
La organización no lucrativa proclama que "de ninguna manera" esta revocación política es representativa de la voluntad del pueblo estadounidense, al tiempo que señala que tanto las más recientes encuestas nacionales como el voto de 191 Estados de los 193 en la Asamblea General de Naciones Unidas el 1 de noviembre reafirman el respaldo a la demanda de eliminación de ese cerco.
La web recuerda que esta organización es miembro fundador de la asociación profesional Viajes Éticos y Responsables a Cuba (Respect), que en septiembre último defendió el derecho de los norteamericanos a visitar la isla vecina, a la que consideró "uno de los destinos más seguros del mundo".
En declaraciones a Sputnik en esa ocasión, la presidenta fundadora de MEDICC, Gail Reed, consideró que el país del norte tiene "mucho que aprender del sistema universal y único de salud que tiene Cuba desde hace más de medio siglo".
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Reed explicó entonces que su organización valora de muy positiva la experiencia promovida con 12 comunidades de 12 ciudades estadounidenses que vienen a Cuba a aprender y a llevarse las lecciones de los resultados y las estrategias de la salud pública cubana.
"Tenemos también la experiencia de Chicago —comentó— donde en estos momentos un grupo de profesionales cubanos de la salud están asesorando sobre cómo mejorar la equidad y los resultados en esta esfera".
Mencionó como ejemplo a la brigada cubana Henry Reeve, de excepcional experiencia en la respuesta a los desastres, y que prestó ayuda a México, Dominica y Barbuda para ayudar a mitigar las consecuencias sanitarias de los huracanes que golpearon recientemente a las islas del Caribe y el terremoto que causó cientos de muertes en la tierra mexicana, describió.
Reed lamentó las tensiones provocadas en los vínculos bilaterales en los últimos tiempos y recordó que luego de la tragedia provocada en Puerto Rico por el paso de los huracanes Irma y María, La Habana ofreció el envío de 39 especialistas en atención médica a ese territorio, pero ese propósito solidario se frustró porque la decisión final dependía de Washington.
"Si EEUU y Cuba pudieran trabajar juntos ante estos problemas provocados por los desastres, tuviéramos menos epidemias, menos vidas perdidas y más esperanzas de que realmente la colaboración es la vía del futuro", concluyó la experta.
Reed dirige también las investigaciones de MEDICC y es la editora ejecutiva de MEDICC Review, una revista indexada que publica los resultados de investigaciones de profesionales de la salud cubanos y de otros países en vías de desarrollo.