Los buques de superficie son la espina dorsal de la Armada rusa, que aseguran el despliegue y las operaciones de los submarinos, de los buques de desembarco y de los barcos auxiliares.
Las cuatro flotas y una flotilla incorporan cruceros nucleares y lanzamisiles, destructores y corbetas, barcos antisubmarinos y otros múltiples tipos de buques de guerra.
Otros pilares indiscutibles de las flotas rusas son los cruceros nucleares Piotr Veliki y Almirante Najímov, así como el crucero portamisiles Moskvá.
Todas estas emblemáticas embarcaciones se someterán a una renovación que elevará sus capacidades a otro nivel completamente, correspondiente a los mayores avances en las industrias náutica y militar.
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