Desde el 1 de enero de 2016, Moscú vetó la importación desde Turquía de ciertos alimentos y restableció los visados de entrada a Rusia para los ciudadanos turcos.
Por culpa de este embargo, Ankara sufrió pérdidas de hasta 2.000 millones de dólares, lo que supuso un fuerte golpe para la economía otomana —que, por ejemplo, antes exportaba a Rusia un 40% de sus tomates—.
El político ruso declaró que las negociaciones sobre las importaciones de tomates turcos al país eslavo se prolongarían hasta el final del verano. Dvorkóvich agregó que es posible que Moscú permita las importaciones turcas de productos agrícolas durante algunos períodos del año.
Para disipar las especulaciones de los medios que relacionaban las exportaciones de tomates de Ankara con las importaciones turcas de carne y leche rusas, el ministro de Economía turco, Nihat Zeibekchi, subrayó a la agencia Anadolu que estas cuestiones no se relacionan entre sí y se abordan de forma separada.
"Importamos productos agrícolas de Rusia por valor de más de 3.000 millones de dólares, y suministramos productos agrícolas al mercado ruso por un valor de 800 millones de dólares. Le comunicamos a la parte rusa que cualquier prohibición lleva a restricciones y medidas de respuesta. No podemos aceptar la decisión sobre las sanciones a la importación de tomates, pero estamos de acuerdo con la medida de aumentar los impuestos estacionales para proteger los derechos de los productores rusos. Además, podemos concretar un acuerdo sobre la importación de carne u otros productos teniendo en cuenta un marco legal", agregó Zeibekchi.
En junio de 2016, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió perdón a Rusia por el derribo de la aeronave rusa, dando así el primer paso para desatascar las relaciones bilaterales.
Más tarde, Moscú y Ankara afianzaron su reconciliación retomando los contactos en diversos ámbitos y firmando nuevos acuerdos.
A principios de marzo, Erdogan y el presidente de Rusia, Vladímir Putin, celebraron un encuentro en Moscú, en el que coincidieron en que las relaciones ruso-turcas habían dejado atrás la crisis y se comprometieron a seguir desarrollando la cooperación bilateral en diversos ámbitos.
El 22 de mayo Rusia y Turquía firmaron una declaración conjunta sobre el levantamiento recíproco de todas las restricciones comerciales con excepción del suministro de tomates.
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