Desde el 4 de marzo Kaper cubrió 8.000 kilómetros cruzando 16 regiones de Rusia, Kazajistán, Mongolia y China.
El objetivo de este maratón, explica, es "tender puentes humanos" entre los pueblos de los cuatro países a los que denomina "puentes de comprensión mutua" y "los más difíciles de desmoronarse".
"No se trata solo de correr, no se trata de deporte, se trata de viajar, es una oportunidad de descubrir en qué país vives, a tus vecinos, lo que pasa en el mundo, comunicarte con la gente de a pie, ser parte de su vida", dice Kaper con quién Sputnik ya pudo hablar a mediados de marzo pasado.
En aquella ocasión el atleta dijo que iba a valerse de 26 pares de zapatillas para llegar a Pekín, no obstante llegó a gastar solo ocho.
Su carrera une a decenas de miles de personas, añade, solo en Rusia le acompañaron más de 6.000 personas, además el viajero animó a celebrar una serie de actividades en las ciudades recorridas, por ejemplo excursiones que se realizan corriendo.
Kaper, de 36 años, en su vida habitual es empresario, aunque antes de instalarse en Moscú trabajó en la Fiscalía de Transbaikalia, en Siberia.