"El huracán Harvey, que tocó tierra por primera vez el 25 de agosto, ha creado una considerable incertidumbre en materia de precios y suministro de gasolina pues el área afectada es sede de buena parte de la infraestructura petrolera del país", dice el boletín.
Pero los conductores de las zonas suburbanas de Washington ya tuvieron que pagar 2,5 dólares por galón, si bien el informe gubernamental subraya que "los precios no reflejan todavía plenamente los efectos del huracán".
"Muchas refinerías han dejado de operar o lo hacen de manera reducida, lo cual probablemente tenga consecuencias más allá de la costa del Golfo de México", explica el comunicado para añadir que la región este del país es "especialmente dependiente de los envíos de combustible por oleoductos desde el Golfo".
Además, las refinerías de la zona afectada por el huracán siguen viéndose impedidas de funcionar a plenitud por los cortes de energía que causó el huracán y por los cuellos de botella en el sistema de distribución causados por las inundaciones, concluye el reporte de la Agencia de Información Energética.