China está incorporando más robots que cualquier otra nación al proceso industrial y aunque no ha afectado a los salarios chinos, sí podría afectar a la economía global, según informa el portal Bloomberg Intelligence.
Según Bloomberg, la rápida robotización se presenta como un arma de doble filo, mediante la cual, si bien impulsa las ganancias en productividad y competitividad de las exportaciones, podría agravar también la desigualdad de ingresos internos y reducir el consumo doméstico.
"El creciente uso de robots debería ser una mala noticia para los trabajadores de calificación media, especialmente en aquellos sectores en los que el trabajo se presta a la automatización. Pero el crecimiento de los salarios en China sigue siendo rápido y, en todo caso, los trabajadores medianamente cualificados que realizan trabajos rutinarios ganan más que el promedio", apuntan los economistas de Bloomberg Intelligence, Tom Orlik y Fielding Chen.
Otra peculiaridad es que China está comprando cada vez más robots de fabricación propia, sobre todo en sectores clave como la industria automovilística, la electrónica, electrodomésticos, logística y alimentos. Esto, a su vez, crea competencia para las compañías extranjeras que proporcionan actualmente el 67% de los robots industriales de China. Para 2020, el gigante asiático espera fabricar 100.000 robots anualmente. En 2015 llegaron solo a 33.000.