"El Paraguay debe estar siempre por encima de los intereses personales, sectoriales y electorales, y es por eso que he decidido vetar esta ley y devolverla al Congreso nacional", expresó el mandatario en un comunicado publicado en sus redes sociales.
"Al revisar los análisis económicos del impacto de esta ley, entendí claramente que ponerla en ejecución condenaría el futuro económico de nuestro país", sostuvo.
Según el mandatario, la promulgación de esta normativa supondría al Estado una erogación mayor a los 3.200 millones de dólares, aproximadamente 25% del presupuesto general.
Cartes dijo que cuando faltan cinco meses para las elecciones internas para definir los candidatos presidenciales, "lo más fácil" sería hacer "lo mismo" que los legisladores y condonar la deuda a los campesinos, pero aseguró que su compromiso "es con el bienestar de todos los paraguayos".
"Prefiero condenar mi futuro político antes que condenar al Paraguay", aseguró.
"Si Horacio Cartes veta (la ley del subsidio), la movilización se va a convertir en medida de fuerza; entonces ya no nos hacemos cargo de lo que pueda pasar, si nos tientan y nos buscan demasiado, nos van a encontrar, la paciencia humana tiene límites y ya llevamos 25 días de resistencia", dijo el líder campesino Luis Aguayo a la radio ABC Cardinal.
El mandatario, por su parte, recordó que su veto puede ser levantado por el Congreso y llamó a la población a observar "la conducta" de los legisladores.
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El 27 de julio, el Congreso aprobó la ley de "Rehabilitación financiera de los pequeños productores de la agricultura familiar campesina cuyas fincas no excedan las 30 hectáreas', que establece el subsidio de las deudas que los labriegos tienen con el Estado.
Según esta ley, los campesinos podrán recibir un subsidio no mayor a 25 salarios mínimos, lo que equivale a 51 millones de guaraníes (9.171 dólares).