"Este enfoque antirruso paulatinamente pierde fuerza y los recursos de la rusofobia también se están agotando", dijo Grushkó a la cadena Rossiya 24.
Agregó que "la sociedad de Europa Occidental está cansada de todas las operaciones de envergadura y la OTAN no mostró su capacidad de contrarrestar nuevos riesgos y amenazas como migración, terrorismo y crimen organizado".
"La actividad de la OTAN en el período de posguerra fría no aportó ningunos resultados positivos en materia de seguridad en Europa e incluso desde la punta de vista de los países que la integran", dijo a la televisión Rossiya 24.
Como ejemplo mencionó la agresión en exYugoslavia, la intervención en Irak, Libia y la operación en Afganistán.
Según Grushkó, Occidente ya "se cansó" de estas operaciones grandes mientras que la OTAN ha mostrado su incapacidad de hacer frente a nuevos desafíos como migración, la delincuencia organizada y el terrorismo.
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En marzo de 2014 las relaciones de la OTAN y Rusia empeoraron a raíz de la reincorporación de Crimea a Rusia, el 5 de marzo el entonces secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, declaró que se revisarían todas las relaciones con Moscú, aunque los encuentros al nivel del Consejo Rusia-OTAN se mantendrían.
En 2016, luego de casi dos años de receso, por iniciativa de la OTAN se llevaron a cabo reuniones del Consejo los días 20 de abril, 13 de junio y 19 de diciembre en Bruselas, a nivel de representantes permanentes, cuyas agendas incluían la crisis en Ucrania, temas de seguridad en Afganistán y los riesgos relacionados con el incremento de las actividades militares de la Alianza junto a las fronteras occidentales rusas.
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La última reunión del Consejo OTAN-Rusia se celebró el 13 de julio de 2017.