"Nuestro papel es votar, quienquiera que vote sí quienquiera que vote no; pero no votar es mantener el país parado en el momento en que Brasil vive una recuperación económica pero aún con muchas dificultades", dijo Maia en São Paulo, según recoge la Agência Brasil.
La Procuraduría General de la República (fiscalía) denunció a Temer de corrupción pasiva por haber supuestamente recibido sobornos del grupo cárnico JBS, pero para que el presidente sea juzgado por el Tribunal Supremo Federal se necesita el consentimiento de los diputados.
En los últimos días el Gobierno utilizó todo tipo de recursos para convencer al máximo número de diputados de que opten por votar sí a rechazar la denuncia (se necesitan 342 del total de 512 votos).
Sin embargo, es posible que la votación decisiva no tenga lugar el 2 de agosto como estaba previsto.
La estrategia opositora sería, según diversos analistas y la prensa local, que el Gobierno de Temer acabe de desgastarse y, al mismo tiempo, sumar más apoyos a su remoción, ya que por el momento el número de indecisos es significativo.
Maia consideró esta táctica reprobable porque impide que el país pase página de la crisis política.
"Me parece muy grave que la Cámara no tome una decisión, ya sea para aprobar o no la denuncia; lo que no podemos hacer es dejar al paciente en el centro quirúrgico con la barriga abierta", estimó.
El presidente de la Cámara de Diputados pertenece al partido Demócratas (aliado del Gobierno) y en el caso hipotético de que la votación se realizara y Temer fuera apartado de su cargo para ser investigado sería él quien accedería a la presidencia, puesto que es el segundo en la línea sucesoria.