Los llamados virus extorsionadores (codificadores) piden dinero por un código para desbloquear los archivos encriptados por esos programas malignos.
"Lo que más nos preocupa en vista del aumento de los ataques de los codificadores es que cada vez más elijan como objetivo la infraestructura financiera industrial", dice el comunicado de la empresa.
La tendencia tiene un motivo "bien evidente", según Kaspersky, pues resulta más rentable para los hackers atacar a empresas que a usuarios de a pie.
"En este caso los malhechores obtienen no solo dinero, sino también información valiosa que se puede usar para chantajear o sabotear", dice la compañía.
Se precisa que el número de víctimas de los virus extorsionadores aumentó en los años 2016-2017 hasta 1,152 millones (de 718.536 en 2015-2016).