"La empresa multinacional PepsiCo decidió despedir a 600 trabajadores de la planta. Frente a ese hecho los empleados decidieron ocupar la planta para resistir. Hoy el Gobierno apañó un desalojo brutal haciendo uso del argumento inverosímil de que la planta contamina. Algo que resulta insólito ya que ésta no estaba en funcionamiento. Si contaminaba cuando estaba en producción deberían procesar a los propietarios de la empresa, no a los trabajadores", dijo a Sputnik Christian Castillo, dirigente del PTS-Frente de Izquierda, candidato a diputado nacional (Provincia de Buenos Aires).
"Estuve en el momento de la represión. Este acto muestra el carácter proempresarial del Gobierno. Todavía no están tomadas las decisiones de cómo va a seguir esto, pero la intención es seguir buscando los medios para continuar defendiendo los puestos de trabajo", agregó. "El desalojo de hoy muestra la indignidad del poder de turno y la dignidad de obreras y obreros que luchan para resistir los embates", concluyó.