Según el periódico The Independent, el dedo fue hallado el 4 de diciembre de 2010 en un patio junto a la estación Euston.
Los investigadores se inclinaban a creer que el dedo podía pertenecer a una de las víctimas de los ataques terroristas de julio de 2005, cuando un atacante suicida hizo estallar un autobús de dos pisos que pasaba no muy lejos del lugar. Sin embargo, después de comparar muestras de ADN del dedo con el material genético de las víctimas y los sobrevivientes de la explosión, los criminólogos han llegado a la conclusión de que el dedo no está asociado con el ataque.
Por otra parte, de acuerdo con el análisis, este dedo masculino no pertenece a los ciudadanos que se encuentran en la base de datos nacional de personas desaparecidas.
"Definitivamente, es un misterio. Hemos agotado todas las líneas de investigación y hemos sido incapaces de determinar al propietario de este dedo y bajo qué circunstancias lo perdió", explica el representante del Comando Norte de la Unidad de Personas Desaparecidas, Tom Boon.
En su comunicado, la Policía hace un llamamiento a los ciudadanos a compartir cualquier información posiblemente asociada con el dedo.