Sputnik te acerca los cinco casos más destacados en los que se rindió homenaje al mandatario ruso en todo el mundo.
Monte Vladímir Putin
Uno de los picos de la cordillera Tian Shan, localizada en la región fronteriza entre Kirguistán, Kazajistán y la República Popular China, lleva el nombre del presidente ruso desde el año 2011.
La propuesta de ponerle a esta montaña de 4.446 metros el nombre de Vladímir Putin se le atribuye a las autoridades de la zona en la que se encuentra el pico. Después de recibir el visto bueno del Gobierno kirguizo, la iniciativa fue aprobada por el Parlamento del país y desde entonces se puede encontrar en los mapas de la región.
Una calle en la ciudad sagrada
El nombre del presidente ruso también lo podemos encontrar en una de las calles de la ciudad palestina de Belén. Fue una decisión tomada en 2012, por iniciativa del propio Mahmud Abás, presidente de la entonces Autoridad Nacional Palestina y actual Estado de Palestina.
La ciudad de Belén tiene una gran importancia para los cristianos, ya que según los evangelios ahí fue donde nació Jesús de Nazaret, además de ser el lugar de nacimiento y de coronación del rey David.
La fragancia de Putin
En 2015, el empresario bielorruso Vlad Recunov presentó en Moscú su perfume para hombres Leaders Number One. Inspirada en la imagen del líder ruso, la serie se limitó a unas 1.000 unidades con un coste inicial de 6.000 rublos —unos 100 dólares—. Actualmente, algunos ejemplares de la fragancia se pueden adquirir en varias casas de subasta.
Teléfonos inteligentes
En 2015, la casa de alta joyería italiana Caviar lanzó una serie de teléfonos 'presidenciales' del modelo iPhone 6S. La colección se limitó a 65 ejemplares con carcasas hechas de titanio, ornamentos de oro y el perfil del presidente ruso en el lugar que ocupa habitualmente el logo de Apple.
El pueblo de Putínovo
En noviembre de 2016, los habitantes del pequeño municipio de Adzici, en el sureste de Serbia, decidieron cambiarle el nombre por Putínovo, en honor a Vladímir Putin.
Según sus residentes, el viejo nombre venía disgustándoles desde hacía tiempo, ya que les había quedado como legado de la ocupación otomana. Un día se reunieron para cambiarlo y la mayoría de los vecinos votó por el nombre que hoy llevan con orgullo.