“El presidente de la República recibió la decisión del TSE como una señal de que las instituciones nacionales continúan garantizando el buen funcionamiento de la democracia brasileña”, leyó en una nota oficial el portavoz presidencial Alexandre Parola.
“El poder judicial se manifestó de manera independiente; cada uno de nosotros acatará con sobriedad, humildad y respeto la decisión del TSE”, añadió el portavoz gubernamental, que también afianzó la voluntad de Temer de seguir al frente del Gobierno.
“Como jefe del Ejecutivo el presidente de la República continuará, con el Congreso Nacional, el compromiso para que Brasil vuelva a crecer con más oportunidades para todos”, dijo.
Temer y Rousseff fueron absueltos después de que la mayoría de magistrados del TSE no vieran evidencias suficientes de “abuso de poder económico y político”, tal como denunciaba el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la formación que perdió en las urnas en 2014 y que inició la acción judicial.
El juez que desempató el marcador del tribunal, Gilmar Mendes, argumentó su voto en base al respeto a la soberanía popular y la estabilidad del país, mientras que el juez relator del caso, Herman Benjamin, criticó que algunos de sus compañeros optaran por ignorar los testimonios de los exdirectivos de la empresa Odebrecht, que aseguraron que Temer y Rousseff estaban al corriente de las donaciones ilegales.
Con la absolución de Temer el viernes el país cerró un capítulo de la crisis política en la que estuvo inmerso, aunque el presidente sigue estando acusado de corrupción por la Fiscalía por otros casos, a pesar de lo cual el líder del Gobierno reiteró en diversas ocasiones que no piensa dimitir.