"El Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y la coalición Muda Brasil (Cambia Brasil, formada por diversos partidos menores) alegan que Rousseff y Temer habrían cometido abuso de poder económico y político en la campaña electoral de 2014, 'manchando' la elección presidencial de aquel año", recuerda el TSE en una nota oficial.
Entre septiembre de 2016 y marzo de este año el tribunal recopiló diversos testimonios, entre los que destacan el del expresidente del grupo Odebrecht, Marcelo Odebrecht, y los de los expublicistas de la campaña de Rousseff y Temer, João Santana y Mônica Moura.
Los tres aseguran que la exmandataria estaba al corriente de que había donaciones en dinero negro.
Los magistrados del TSE deberán decidir ahora si efectivamente Temer y Rousseff sabían que su campaña fue financiada con dinero sucio; en caso de ser condenados, Temer sería apartado de la presidencia y el Congreso Nacional celebraría elecciones indirectas para elegir a un sustituto.
Rousseff, por su parte, perdería sus derechos políticos y no podría volver a presentarse para ocupar un cargo público en los próximos ocho años.
A favor y en contra
Se da la paradoja de que el partido que impulsó esta acusación, el PSDB, ya no está en la oposición, sino que ahora es el principal aliado del Gobierno de Temer.
Los abogados de Temer también defienden esta línea, aunque en la jurisprudencia del TSE prácticamente no hay antecedentes en este sentido.
La defensa de la exmandataria, por su parte, pide que se anulen las declaraciones de Santana, Moura y Odebrecht y que las cuentas de la campaña no se separen.
Sin embargo, el veredicto podría tardar en llegar, ya que a pesar de que el juicio está previsto que dure tres días —del 6 al 8 de junio— lo cierto es que no hay una fecha límite, porque cualquiera de los siete magistrados puede pedir que se aplace para tener más tiempo para valorar el caso.
Aunque el TSE determine la casación del mandato de Temer rápidamente sus abogados tendrían dos alternativas.
Por un lado, podrían presentar un recurso alegando errores procesuales en el caso, con lo que el presidente tendría 60 días extras en el cargo.
En ese caso asumiría la presidencia de forma temporal el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia (Demócratas), que tendría 30 días para convocar una elección indirecta; así pues, los parlamentarios deberían elegir a un sustituto que gobernara el país hasta las elecciones de octubre de 2018.
El juicio del TSE podría ayudar a destrabar la crisis política en la que está inmerso Brasil después de que saliera a la luz que el presidente presuntamente autorizó sobornos; desde el pasado mes de mayo Temer está en el punto de mira e importantes aliados apuntaron que esperarán al veredicto del tribunal para decidir si continúan prestándole apoyo.