"Lamentamos la situación que se configuró; claro que puede haber problemas y discrepancias entre países, pero en todas las condiciones el diálogo debe continuar", dijo.
El ministro destacó que Turquía considera la estabilidad en la región una tarea común como la lucha contra el terrorismo, la islamofobia y la discordia religiosa.
Un total de siete países —Arabia Saudí, Bahréin, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Libia, Yemen y Maldivas— anunciaron el 5 de junio que rompen relaciones diplomáticas con Catar por el supuesto apoyo de este país al terrorismo.
Riad, Manama, El Cairo y Abu Dabi anunciaron también la suspensión de las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con la monarquía del golfo Pérsico.
Catar tiene una sola frontera terrestre, con Arabia Saudí, y es separado por el estrecho de Bahréin en el golfo Pérsico. El corte de comunicaciones lo relega a la condición de Estado insular.
El conflicto entre Catar y otros actores regionales se desató después de que la agencia de noticias QNA citara unas supuestas declaraciones del emir catarí a favor de normalizar las relaciones con Irán.
Las declaraciones fueron publicadas una semana después de la cumbre de EEUU y varios países musulmanes en Riad, en la que el anfitrión del encuentro, Arabia Saudí, condenó a Teherán en nombre de todos los participantes por implementar una política hostil en la región.
El Ministerio de Exteriores catarí afirmó más tarde que el polémico discurso era falso, obra de piratas informáticos que habían atacado el sitio web de la agencia, pero Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos dieron poco crédito a la explicación.
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La actual crisis diplomática entre Catar y otros países de la región no es la primera.
En 2014, Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos retiraron a sus embajadores de Doha en protesta por el apoyo catarí a organizaciones chiíes que consideran terroristas.