El 30 de mayo, la Fuerza Aérea de EEUU realizó una prueba exitosa de su misil interceptor contra un proyectil balístico intercontinental —su primer ensayo con fuego real— en el océano Pacífico. A su vez, los representantes del Pentágono subrayaron que los sistemas de intercepción de misiles estadounidenses están diseñados para contrarrestar la amenaza norcoreana.
Sin embargo, esta solo ha sido la segunda prueba exitosa de EEUU —de un total de 18—. Koziulin destacó también que el ensayo llevado a cabo en el Pacífico se ha realizado en condiciones "neutras", puesto que para la ocasión no se prepararon blancos en movimiento ni objetivos falsos.
Por su parte, los militares rusos pueden valorar los logros de sus colegas estadounidenses con pleno conocimiento de causa, dado que la URSS comenzó a desarrollar su propio sistema de defensa antimisiles en la década de 1970.
Actualmente, el A-235 Nudol, el sistema antimisiles ruso, no solo es capaz de interceptar ojivas de misiles balísticos, sino que también puede derribar aparatos espaciales.
En lo que respecta a la industria militar, EEUU no tiene mucha suerte, indicó el experto. El multifacético caza de quinta generación F-35, fabricado por la empresa estadounidense Lockheed Martin, ha resultado ser demasiado caro, además, no es apto para ningún tipo de combate debido a su mala combinación de características técnicas. Según destacó Koziulin, incluso el aliado más cercano de EEUU, Canadá, se niega a adquirir estos 'aviones del futuro'.
En cuanto al destructor de misiles guiados más caro y grande de la historia, el USS Zumwalt, que tiene un precio de alrededor de 7.500 millones de dólares, EEUU solo logró construir 3 unidades, de las 32 que tenía planeadas. Según opinan los expertos, esta nave no cuenta con una estabilidad suficiente y su sistema energético 'innovador' es poco fiable. Por si fuera poco, la tecnología furtiva del destructor no es lo suficientemente eficaz como para garantizar la seguridad de su tripulación.
Por su parte, el portaviones estadounidense Gerald Ford, cuyo precio asciende a los 13.000 millones de dólares, tiene problemas serios en lo que respecta al despegue y aterrizaje de aeronaves, así como a la gestión aérea, la autodefensa y la carga de armamento.
Por esta razón, las pruebas del buque fueron suspendidas por un año, aunque el experto ruso afirmó que el portaviones no llegaba con un año de retraso, sino con un siglo, dado que la época de los portaviones está llegando a su fin.
Pese a que Washington planea fabricar dos portaviones más, el John Kennedy y el Enterprise, en los años 2019 y 2023, respectivamente, los analistas señalan que serán un blanco fácil para los misiles de crucero tradicionales, así como para los novedosos proyectiles chinos Dunfan 21, llamados también 'asesinos de portaviones'.
En cuanto al aspecto financiero del proyecto, EEUU tendrá que gastar entre 2.000 y 4.000 millones de dólares anuales para el mantenimiento técnico de estas embarcaciones.
Según declaró Koziulin, la aparición de los sistemas de ataque espaciales impulsará una nueva era de la carrera armamentista, sobre todo teniendo en cuenta que EEUU rechazó el proyecto ruso de firmar una resolución que prohibiera desplegar armas en el espacio. La iniciativa fue presentada durante la 70 Asamblea General de la ONU en 2014 y apoyada por más de 140 países.
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De este modo, los proyectos espaciales y el presupuesto militar destinado al espacio siguen siendo una de las prioridades de la política exterior de Washington, concluyó Koziulin.