En unas recientes declaraciones, el director del FBI, James Comey, afirmó que Rusia representa "la mayor amenaza para cualquier nación", en referencia a la investigación que está llevando a cabo su organismo respecto a la supuesta injerencia del país eslavo en las elecciones presidenciales de EEUU.
Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, declaró que el punto de vista expresado por Comey es "la opinión del mismo FBI", una opinión que no es compartida por la Administración Trump.
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En este sentido, la 'coherencia' del 'establishment' estadounidense es poco más que admirable.
Aunque ahora la amenaza nuclear de Corea del Norte parece que se ha colocado la primera de la lista.