Al reunirse en Moscú con el ministro de Exteriores ruso, Zannier subrayó que "es la primera víctima" que la OSCE sufre desde que en marzo de 2014 desplegó su Misión Especial de Observación en el este de Ucrania.
"Estamos muy afligidos y quisiera asegurarle que por nuestra parte haremos lo necesario para llevar a cabo una investigación lo más pronto posible (…) Hace falta castigar a los responsables", dijo el secretario general de la OSCE.
Un coche en que se desplazaba una patrulla de la OSCE sufrió una explosión el 23 de abril, según la información previa, debido a una mina colocada cerca de Prishib, una zona de la provincia de Lugansk que se encuentra bajo el control de las milicias.
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La explosión se saldó con un muerto, de nacionalidad estadounidense y dos heridos, con ciudadanía alemana y checa.
La SMM se compone de más de 700 observadores civiles de unos 40 países miembros, así como empleados locales que trabajan como intérpretes, ayudantes administrativos y asesores. Todos los observadores van desarmados.
La Misión, cuyo mandato permite ampliar la plantilla a 1.000 personas, tiene la sede en Kiev y equipos de observadores en Jersón, Odesa, Lvov, Ivano-Frankovsk, Járkov, Donetsk, Dnepropetrovsk, Chernovtsi y Lugansk.
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La mayoría de los observadores, unos 600, trabajan en las regiones de Donetsk y Lugansk, zona del conflicto que, según la ONU ha causado más de 10.200 muertos desde abril de 2014.