El 39% de los entrevistados dieron testimonios creíbles de haber sido sometidos a torturas o malos tratos, señala el documento.
La incidencia de torturas y malos tratos se eleva al 45% entre los detenidos por la policía, el nivel más alto desde que la de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA), comenzó en 2010 su programa de monitoreo en Afganistán.
"La continuación de la tortura y los malos tratos de los detenidos en relación con el conflicto son un motivo de fuerte preocupación, pero reconocemos el compromiso genuino y los esfuerzos del Gobierno para tratar este asunto", cita el comunicado de la UNAMA a Tadamichi Yamamoto, Representante Especial del Secretario General para Afganistán.
Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, resaltó que "la tortura no mejora la seguridad"
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"Las confesiones resultantes de la tortura no son nada fiables, la gente dirá cualquier cosa para parar el dolor", dijo el diplomático jordano.
Al Hussein calificó de esencial que haya un monitoreo adecuado en los centros de detención en Afganistán e investigaciones para asegurar que los torturadores sean juzgados y castigados por este crimen abominable, a fin de prevenir futuras violaciones.