En el nuevo vídeo loco de Red Bull, el esquiador profesional esloveno Filip Flisar se da cuenta de su retraso para la comida en casa y recurre a la medida más lógica en su posición: ponerse un cinturón cohete e ir semi-volando por las calles de la ciudad.
La máxima velocidad alcanzada durante su carrera a contrarreloj para no frustrar a su mamá fue de unos 121 kilómetros por hora, algo que debería generar preguntas entre los policías responsables del tráfico en su ciudad natal de Maribor.
No obstante, todo salió bien —probablemente el vídeo no hubiera sido publicado en caso de haber chocado contra una pared inoportuna—, y el mismo esquiador afirmó en la página de Red Bull que tras grabar el vídeo, se le ocurrió otros usos interesantes para el aparato construido.
¡Enhorabuena!, pero que tenga cuidado y no vuele a la estratosfera tras una maniobra mal calculada.