Para los tailandeses, los elefantes son animales sagrados, pues representan el nivel más alto que puede alcanzar un alma en su reencarnación antes de llegar a convertirse en ser humano.
Según datos oficiales, en el país existen unos 2.700 elefantes que trabajan y unos 3.500 salvajes.
El evento, que incluye, además del bufete de frutas, numerosos desfiles de elefantes y la tradicional ceremonia de bendición, está encaminado a proteger y conservar la población de elefantes, que disminuyó drásticamente en el último siglo.
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El Día del Elefante, animal que aparecía en la bandera del país hasta 1916, se celebra en Tailandia desde 1998, pero el país conmemora también a mediados de noviembre el Festival del Elefante en Surin, localidad situada en el noreste de Bangkok.