"Condenamos las acciones ocurridas el 11 y el 12 de marzo cuando grupos agresivos atacaron a civiles, policías, y dañaron la propriedad pública y privada", dice el comunicado.
El partido alabó a las autoridades que pudieron prevenir el deterioro de la situación y tomaron medidas proporcionales para parar la violencia.
El comunicado invoca castigo para todos los instigadores y participantes en los desórdenes.
"Por más que se empeñen nuestros enemigos y los líderes radicales del Movimiento Nacional Unido (el partido del expresidente Mijaíl Saakashvili) de volver al desorden en nuestro país, esto jamás ocurrirá", declara.
Cuarenta personas fueron detenidas tras disturbios en la ciudad de Batumi, según el titular del Interior georgiano, Gueorgui Mguebrishvili.
El 11 de marzo, una multa de tráfico dio pie a un altercado entre un policía y un conductor, apoyado por un grupo de testigos, seis de los cuales fueron detenidos por haber peleado con los agentes.
Poco después del incidente, un millar de personas se congregaron ante la sede del departamento del Interior para exigir la dimisión del nuevo jefe de la policía de tráfico, al que responsabilizaron del incremento de multas desorbitadas y arbitrarias.
La manifestación desembocó en disturbios con la quema de vehículos y destrozos del mobiliario urbano. Para dispersar la multitud, la policía empleó gas lacrimógeno y, según algunos testimonios, balas de goma.