En paralelo en 2014 el PIB creció un 0,5% y en el bienio 2015-2016 la caída acumulada fue del 7,2%, lo que hace que esta sea la peor recesión en la historia reciente de Brasil, ya que no se registraban cifras similares desde los años 30 del siglo pasado.
El aumento del desempleo en 2016 y el endeudamiento de las familias son las principales causas del empobrecimiento de los brasileños.
Como consecuencia directa el consumo de las familias cayó un 4,6% en 2016, una caída aún mayor que la contracción del 3,9% que se registró en 2015.