"Las poquitas horas libres que te quedan tratas de compartirlas con tu familia. Pero hay días en que terminas una guardia y la terminas muerta, lo único que quieres es dormir y que nadie te despierte, ¿no? Pero si te vas a dormir te pierdes la familia y en mi caso, que tengo a una hija, me pierdo la chance de estar con ella. Entonces por más que quiera dormir todo el día, trato de poner fuerza y voluntad para poder llevarla al parque y hacer las cosas que son necesarias para mi niña", contó Palomino a Sputnik.
Cuando ingresó a la carrera, Palomino ya sabía lo que la esperaba. "Es una carrera muy sacrificada, de dedicación, de servir al prójimo, en la que no esperamos mucho porque nuestro trabajo es servir y apoyar al paciente, aliviar sus dolores", explicó. Ante tal vocación, tuvo problemas con su marido.
"Mi esposo me dijo 'deja esta carrera, no te estés sacrificando, siempre llegas muerta, no tienes tiempo para nada, lo único que hace es dormir'. Pero de a poco ha ido entendiendo mi situación y ahorita también me apoya", subrayó.
"Hace poco hubo una marcha por 'Ni una menos' en la capital, en contra de la violencia hacia la mujer. Hay bastante que reclamar. Además de la violencia, lo otro es la igualdad. Creo que tanto la mujer como el varón pueden hacer los mismos trabajos. Pero te ven como mujer y piensan que te puedes embarazar. A una compañera la echaron cuando ella se embarazó para que pudieran contratar a otra persona que la cubriera porque ella ya no rendía a la empresa. No pueden hacer eso. Es discriminación", observó.
Si pudiera adherirse al paro, Palomino pediría mejores remuneraciones para las trabajadoras del rubro. "Aquí [en Perú] las enfermeras no son bien pagadas, entonces es más por sacrificio, voluntad y de corazón que haces ese trabajo", resaltó. Además, la joven destacó la mayoritaria presencia femenina en la profesión.
"En enfermería casi todas somos mujeres, hay pocos caballeros. Entonces cuando entra un colega a la carrera pasa que todas lo miran con admiración, ¡hay un enfermero!", contó la peruana.
A pesar del apoyo familiar y de sentirse en sintonía con su vocación, la voz dulce de Palomino delata su cansancio y el conflicto común a tantas mujeres. "A veces tú piensas: 'voy a dejar todo esto y me voy a dedicar a mi familia'. Pero es algo que no se puede. Tu trabajo es lo que hay y difícilmente una lo puede dejar", confesó.