La posición de Ucrania
De acuerdo con el experto, el Gobierno de Ucrania intenta utilizar esta situación como una herramienta política en las relaciones con los países occidentales y con Rusia, así como para llamar la atención de los observadores internacionales hacia Donbás.
"La reanudación de los combates es un tema político e informativo muy serio. Este tema recibe cobertura mediática y es tomado en cuenta por las agencias de inteligencia nacionales y los altos funcionarios. Los líderes occidentales se ven obligados a reaccionar a la situación. Sin embargo, no pueden alejarse de su posición política, que presupone el apoyo a Ucrania", explicó Timoféev.
La posición de Ucrania con respecto a EEUU
Según Timoféev, el objetivo principal de Ucrania es llamar la atención de la nueva Administración de EEUU, así como del 'establishment' y de la sociedad estadounidense en general.
Kiev teme que la llegada de Trump a la Casa Blanca signifique un cambio en la relación entre los dos países.
"La posición de apoyo incondicional a Kiev es fuerte en el congreso y entre el 'establishment'. Sin embargo, Trump ya demostró ser un presidente capaz de ir en contra del orden natural de las cosas. El curso que tomara su relación con Ucrania es desconocido. Kiev intenta disminuir esta incertidumbre para mantener el 'statu quo' de la posición norteamericana y para aumentar su carácter antirruso", detalló el analista.
La posición de Donetsk y Lugansk
El experto señaló que las Autoproclamadas Repúblicas de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) difícilmente realizarán contraataques a gran escala contra Ucrania, país que aprovecha la situación para probar la resistencia de los milicianos y conseguir pequeñas victorias, como por ejemplo ganar control sobre regiones desmilitarizadas.
"Difícilmente los milicianos se decidirán a realizar acciones de respuesta de resonancia mediática. E incluso si esto sucede, la proporción de las críticas contra Ucrania por tales acciones será mucho menos significativa. Pero a las RPD y RPL podrían ponerles el título de terroristas. En ese caso, sería un triunfo para Kiev", subrayó el experto.
Aunque los Acuerdos de Minsk son violados por Ucrania, Occidente puede darse el gusto de ignorar la situación e incluso apoyarla en silencio, señaló Timoféev. Lo anterior gracias a que el conflicto está localizado y no afecta la seguridad de los países de la OTAN.
La canciller Angela Merkel, principal arquitecta de los Acuerdos, no quiere ser testigo del fracaso total de los mismos, pero parece no poder ejercer influencia sobre Kiev.
"El hecho de que Berlín y otros Estados europeos se encuentren prisioneros de Petró Poroshenko, indudablemente enfada a los líderes de la UE. Pero ellos difícilmente podrán impedir el desmoronamiento de los Acuerdos de Minsk", sostuvo el analista.
A Rusia le interesa, de acuerdo con Timoféev, el alto del conflicto y la reintegración de las RPD y RPL a Ucrania bajo condiciones de estatus especial, como fue acordado en los Acuerdos de Minsk. Sin embargo, esto es poco probable.
En ese sentido, a Moscú le favorece apoyar a Berlín para la implementación de los Acuerdos de Minsk y al mismo tiempo invitar a EEUU a hacer parte del proceso de regulación del conflicto.
"En los intereses de Moscú está lograr la creación de una coalición internacional efectiva que sea capaz de garantizar el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk y bloquear los intentos de Kiev de socavarlos", considero el experto.
Las posibles salidas al conflicto
En primer lugar, "una ofensiva a gran escala por parte de los Ejércitos de las RPD y RPL con el fin de repeler a las tropas ucranianas, infligirles un serio golpe, quitarles la iniciativa y obligarles a cumplir el cese al fuego".
Sin embargo, destaca Timoféev, este escenario es arriesgado, pues los milicianos de las RPD y RPL podrían no tener el poder suficiente para vencer a sus enemigos, dado el poder y la experiencia del Ejército ucraniano. Y aun así, una victoria de los rebeldes podría generar un mayor apoyo internacional a Kiev. Una derrota, por otra parte, podría acabar con la autoridad de las Autoproclamadas Repúblicas en la región.
El segundo escenario sería contener a las tropas de las Fuerzas Armadas de Ucrania en las fronteras ya existentes. Es una estrategia menos arriesgada, teniendo en cuenta que las tropas ucranianas ya han sufrido pérdidas a causa de la escalada del conflicto.
Además, la falta de resultados aumenta la actitud antimilitar en Ucrania y debilita el apoyo de Occidente a Kiev.