"La Corporación Nacional Forestal (Conaf) ha mandado a nuestro avión a los lugares más difíciles de acceder, con el fin de extinguir los incendios más severos del territorio", aseguró Markov.
Luego de realizar 35 vuelos y descargas por un total de 1.400.070 litros de agua desde el 30 de enero pasado a la fecha, la Conaf confirmó que "El Luchín", como lo apodaron los chilenos, se devolverá a Rusia antes de lo previsto.
El director del organismo público, Aarón Cavieres, declaró en rueda de prensa que el IL-76 necesita someterse a mantención debido a la "gran cantidad de uso".
"Todas las máquinas necesitan mantenimiento, ya llevamos casi un mes aquí y nuestra retirada no depende de nosotros, sino del Gobierno ruso y el chileno, haremos lo que decidan", aseveró el jefe de internacional del Centro de Emergencias del Kremlin, Dmitri Umanets.
El Ilyushin IL-76 fue concedido por el Gobierno de Vladímir Putin a Chile por el tiempo "que fuera necesario" y su permanencia estaba prevista, en un principio, hasta el 28 de febrero próximo.
La tripulación a bordo del IL-76 destacó que su estadía en el país, aun cuando otros aviones como el estadounidense SuperTanker se han ido, responde a la fuerza de trabajo del aparato, a sus características y la capacidad de los pilotos.
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En esta línea, Markov remarcó la alianza lograda entre el equipo ruso y los organismos de emergencia del país, que ejecutaron "un muy buen trabajo" en conjunto.
La tripulación europea elogió además la eficiencia de los brigadistas y bomberos chilenos, quienes lograron llenar el estanque de agua del avión en un tiempo récord de seis minutos por carga.
¡Tiembla Mr. Músculo! Llega el detergente dedicado al avión ruso #Luchín https://t.co/bbjce2BDiI pic.twitter.com/tGim35txc8
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 18 февраля 2017 г.
Esta jornada, el IL-76 efectuó cinco vuelos a diversas zonas afectadas por los incendios forestales, con prioridad en el pueblo de Catillo, en la región del Maule (centro sur).
De acuerdo a la información oficial, el acceso a Catillo se encuentra restringido por el momento, y más de 300 brigadistas realizan labores de control y apagado de las llamas.
Según precisó Markov, la aeronave con capacidad para descargar 42.000 litros de agua en una pasada, culminó el día con un sobrevuelo a la región sureña del Biobío, donde unas 600 hectáreas de vegetación resultaron quemadas en el poblado de Quillón.
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Hasta el 25 de febrero próximo, el IL-76 se plantará como cada mañana en la base aérea de Santiago, para recibir coordenadas y órdenes de la Conaf, con el fin de paliar los siniestros que en más de un mes han calcinado unas 600.000 hectáreas de vegetación en el país.
El Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet destinó en una primera etapa más de 300 millones para iniciar la reconstrucción de las miles de viviendas y establecimientos destruidos por los fuegos.