Según el presidente, el Servicio Federal de Seguridad ruso frustró la actividad de 53 oficiales y 386 agentes de servicios secretos extranjeros en Rusia en 2016, además de prevenir 45 crímenes terroristas, entre ellos 16 atentados.
"El FSB debe seguir con su labor activa de detectar y bloquear a los grupos terroristas y eliminar sus fuentes de financiación", remarcó.
Sin embargo, la posibilidad de realizar esta clase de operaciones en el territorio de otros países se rige por estatutos concretos, señala Ishenko.
"Para que las medidas antiterroristas preventivas en otro territorio estén justificadas desde el punto de vista del derecho internacional, [un país] debe estar en guerra con otro Estado o bien ser víctima de un ataque no provocado por su parte", detalla el experto.
Sin embargo, el Comité de Investigaciones de Rusia dijo tener pruebas fehacientes de que el Ejército ucraniano usó misiles Tochka-U contra la población civil en Donbás. Este acto fue calificado por el Comité como "el uso de armas de destrucción masiva contra población civil".
Las declaraciones del Comité de Investigación de Rusia y las declaraciones de Vladímir Putin siguen una misma lógica. "El uso de armas de destrucción masiva contra la población civil puede ser calificado no solo como un crimen de guerra sino como terrorismo estatal", subraya Ishenko. Lo mismo sucede con las "actividades de sabotaje y terrorismo" contra otro país en estado de paz.
Exactamente esa es la acusación que hace el presidente Putin a Ucrania, explica el experto.
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En ese sentido, los países que realizan actividades calificadas como terrorismo estatal son considerados por la comunidad internacional como países que han "perdido su legitimidad". Como demuestra la práctica, lo ocurrido con Sadam Hussein y Muamar Gadafi, demuestra que no es necesaria una decisión del consejo de seguridad de la ONU para que esa "pérdida de legitimidad" sea un hecho; es suficiente que un Estado declare y refuerce con hechos (o en algunos casos, solo con su palabra) que es víctima de terrorismo estatal por parte de otro país, explica Ishenko.
"Los precedentes creados por EEUU en los últimos 20 años permiten implementar contra los países que han 'perdido su legitimidad' cualquier clase de medidas, entre ellas militares, así como la realización de operaciones especiales, y el reconocimiento o apoyo oficial a los gobiernos de insurrección alternativos que dirigen una guerra civil contra un régimen político", subraya el analista.
En ese sentido, las declaraciones de Putin son una muestra de que Rusia tiene pruebas claras de la actuación de Ucrania y de que "en caso de que los 'socios' occidentales de Rusia no les alcancen las oportunidades para detener el deterioro del Gobierno de Kiev, Rusia está dispuesta a tomar medidas, así sean unilaterales, pero que se adaptan completamente al derecho internacional y a la Carta de las Naciones Unidas", concluye el experto.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 14 февраля 2017 г.