El Partido de la Unión Democrática es un partido político kurdo activo en la parte norte de Siria. Su brazo armado, YPG, ha sido una herramienta de Washington en su lucha para expulsar a Daesh —autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países— de Siria.
Sin embargo, Ankara considera que estos grupos kurdos son terroristas que están asociados con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK, en kurdo). Las autoridades turcas vienen luchando contra el PKK durante varias décadas, con una mayor escalada en 2015.
El líder turco Recep Tayyip Erdogan y el gobierno del país "en la actualidad están decepcionados con la política estadounidense, pero el gobierno y el presidente esperan que la confianza entre Ankara y Washington sea restablecida una vez Trump asuma el poder", señaló el analista.
El 4 de enero el canciller del país otomano, Mevlut Cavusoglu, declaró que se preguntaron por qué los militares estadounidenses y sus aliados usan la base aérea de Incirlik, mientras no cubrieron desde el aire la operación turca Escudo de Éufrates. Dicha operación busca combatir a Daesh y disminuir la presencia kurda en la región.
"EEUU es un aliado muy importante para nosotros. Cooperamos en diferentes campos. Pero en realidad hay una crisis de confianza en este momento", agregó.
Un día después el portavoz del presidente otomano, Ibrahim Kalin, reiteró que Turquía tiene el derecho de cerrar la base, pero agregó que las autoridades del país no están planteando esta cuestión.