Preparado por los responsables de la compañía suiza Nestlé y fechado en 2009, en este informe se afirma que para 2025 la humanidad sufrirá una gran escasez de agua potable.
Con el paso de los años, la situación se agravará hasta el punto de que para 2050 tendrá consecuencias potencialmente catastróficas.
La causa de esta futura falta de agua es que para comer carne se requiere más agua potable que para seguir una dieta vegetariana. La razón es que para criar el número de cabezas de ganado necesario para satisfacer las necesidades alimenticias de los países desarrollados, hay que cultivar grandes cantidades de grano y soja, y en este cultivo se gastan anualmente grandísimas cantidades de agua. Por el contrario, la dieta vegetariana, requiere menos consumo de agua.
"Si todo el mundo se atiene a estos estándares, los recursos mundiales de agua potable empezarán a agotarse pronto. Las graves consecuencias de este problema se dejarán sentir más en Oriente Medio, en el norte de la India y China, así como en la parte occidental de EEUU", explica el informe.